Mallorca
La isla de Mallorca es la más grande de las Islas Baleares y está ubicada frente a las costas de Barcelona, en el mar mediterráneo.
Al ser un sitio muy turístico, hay muchas aerolíneas que llegan a Mallorca y también se puede llegar a ella por ferry. Yo opté por la primera opción.
Durante mi visita a la isla pude ver que hay autobuses hacia prácticamente todos los sitios de interés, sin embargo yo preferí alquilar un auto para tener mayor autonomía y visitar los lugares sin tener que estar pendiente de un horario específico.
Palma
Desde el aeropuerto de Mallorca se llega a la ciudad de Palma, capital de la isla, en unos 10 minutos. Palma es una ciudad grande y muy bonita. No en vano es el sitio donde vacacionan los miembros de la casa real española todos los años.
Destaca la imponente Catedral de Santa María, de estilo gótico y cuya construcción inició en el siglo 13, que se puede ver desde diferentes puntos de la costa. Por sí sola es muy impresionante y al mirarla desde lejos se ve aún más llamativa, ya que frente a ella se encuentra el Palacio de L'Almudaina, perteneciente a la familia real española.
Siguiendo por el paseo marítimo, se encuentra el Bastió de Sant Pere, construido entre 1575 y 1578 y durante 300 años era un sitio de defensa militar de la ciudad. Actualmente es la casa del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma. Si alguna vez has visitado Cartagena de Indias, podrás ver una gran similitud con esta construcción.
Palma es una ciudad muy grande, bonita y diversa. Lo mejor es meterse por sus callejones e irla descubriendo a cada paso. Las plazas, terrazas y parques son muy llamativas y bonitas.
Valdemossa
A 17 kilómetros de Palma, en la sierre de Tramontana se encuentra el municipio de Valdemossa. Un pueblito de gran belleza, rodeado de frondosa vegetación y con encantadoras calles empinadas y estrechas que guardan muchas sorpresas para el visitante. También es un sitio con muchas tiendas y restaurantes, donde se puede pasar el día de forma muy amena.
La atracción principal de Valdemossa es La Cartuja, que cuenta con "celdas", un claustro y unos jardines que aunque pequeños, muy bonitos. Muchos personajes famosos pasaron temporadas en la Cartuja, incluido el poeta Rubén Darío.
Celda de Chopin y George Sand |
En octubre de 1836, Chopin conoció a George Sand en la casa de Liszt y en el verano de 1838 se convirtieron en amantes. Pasaron el siguiente invierno en Mallorca, primero en Palma y finalmente en Valdemossa, junto con los dos hijos de Sand.
Actualmente se puede visitar la celda en la que vivieron ese invierno y como en todo sitio turístico, también se pueden comprar recuerdos alusivos a este famoso músico.
Cala Deià
A 14 kilómetros de Valdemossa, después de un camino con muchas curvas y vistas impresionantes, se llega a un pedacito de paraíso llamado Deià. Es una pequeña cala con aguas sumamente transparentes de color turquesa y un par de restaurantes. Es un sitio muy popular lo que puede dificultar un poco el encontrar un sitio donde aparcar. A mí me tocó dejarlo a poco más de un kilómetro de distancia, justo cuando había decidido que mejor me iba por no encontrar donde dejar el carro.
En vez de escribir más sobre esta pequeña cala, les dejaré un par de fotos del sitio.
Sóller
Tranvía atravesando el centro |
A unos 26 kilómetros de Palma de Mallorca se encuentra Sóller. Un pueblito encantador cerca de la costa noroeste de Mallorca. El centro de la ciudad no es tan grande, pero vale la pena visitarlo por su arquitectura y uno de los atractivos más divertidos, el tranvía que lleva desde el centro de la ciudad hasta el puerto de Sóller. El tranvía no es una atracción turística como tal, sino un medio de transporte que comunica con el puerto, entonces hay que comprar dos tiquetes, uno de ida y otro de regreso en caso de que uno decida visitar el puerto.
Después de un paseo de 3 kilómetros en el tranvía, llegamos al puerto de Sóller. una bahía que acoge a gran cantidad de barcos, desde lujosos yates hasta pequeñas embarcaciones pesqueras.
El puerto de Sóller tiene un paseo marítimo bastante largo y se puede llegar hasta el muelle, donde están los yates y mucha gente pescando.
Sóller y su puerto son una parada bonita para pasar la tarde y caminar por sus calles empedradas.
Mirador D'es Colomer
Como estaba basado en Palma, tocó regresar después de visitar Sóller y salir el día siguiente hacia el Mirador D'es Colomer, que está totalmente en la otra punta, a 66 kilómetros de Palma de Mallorca. Luego de pasar por Pollença y Formentor, hay que tomar un camino cuesta arriba con bastante curvas, pero la recompensa es inmensa! Las vistas desde el mirador te dejan sin aliento y vale la pena el viaje hasta ahí.
Una vez que se tiene la suerte de encontrar un lugar donde dejar el carro, el acceso hacia el mirador es bastante fácil y seguro, con pasillos de concreto con barandales. Desde algunos puntos se puede mirar Formentor y desde otros, el mar. Aquí dejo unas fotos que no le hacen suficiente honor a la belleza del lugar. Y como todo tonto tiene suerte, arriba en el mirador había un tipo tocando el concierto de Aranjuez, lo que le añadía más magia al sitio.
Pollença
Luego de bajar del mirador, decidimos entrar a Pollença que es un pueblo de playa pequeñito, pero donde bien se puede pasar un buen rato, comiendo o bebiendo en alguna de las terrazas que están construidas dentro del mar. Como el interés principal era conocer lo más que pudiéramos de la Isla y no era hora ni de comer ni de un Vermouth, nos comimos un helado en el paseo marítimo antes de continuar el viaje. Aquí dejo unas fotos del sitio
Cuando salimos de Pollença en dirección a Banyalbufar, donde queríamos ver el atardecer, nos topamos con varias sorpresas de esas que solo se disfrutan si uno van sin un itinerario demasiado establecido. En el camino vimos un rótulo que decía "cala de San Vicenç y decidimos desviarnos para encontrarnos esta belleza de lugar. Definitivamente si uno va con tiempo y con ganas de descansar, este sería uno de los lugares ideales para hacerlo:
Cala de San Vicenç
Aparte de un par de restaurantes y un gran hotel frente a las aguas más cristalinas que uno se pueda imaginar, no hay mucho por aquí, pero estas vistas lo dejan a uno con ganas de quedarse ahí por una noche, una semana, o el resto de la vida:
Nos fuimos de ahí con ganas de quedarnos y seguimos recorriendo las Serra de Tramuntana, que nos regalaba vistas espectaculares, como estas en Escorca:
O estas otras vistas en el Gorg Blau. Una laguna espectacular al lado del camino donde simplemente hay que parar para disfrutar y saludar a la fauna que por ahí se encuentra:
Finalmente, después de encontrar un sitio en la sierra donde nos quisieron vender comida porque todo estaba lleno y no habíamos hecho reserva (por favor, era un paradero al lado de una gasolinera) y ya con la pansa contenta después de hacer comido algo típico de la zona, llegamos a Banyalbufar.
Torre del Verger, Banyalbufar
El camino hasta aquí es largo, cansado, lleno de curvas en algunos tramos, pero había leído que valía la pena visitar la Torre del Verger y apreciar el atardecer desde ahí.
La Torre del Verger fue construida en 1579 como parte de un extenso conjunto de torres de vigilancia a lo largo de la isla para defenderse de los ataques de piratas africanos que se había incrementado en esas fechas. Los mismos agricultores de la zona eran quienes hacían guardia desde las torres y advertían a las otras torres encendiendo un fuego e izando una bandera, para advertir de la presencia de un barco enemigo acercándose. Las vistas desde la torre son simplemente maravillosas.
Definitivamente valió la pena conducir hasta este lugar! un atardecer espectacular desde un punto privilegiado.
Cuevas del Drach
A unos 70 kilómetros de Palma de Mallorca se encuentran las cuevas del Drach (dragón). Consta de cuatro cuevas de unos 4 kilómetros de distancia y a una profundidad de 25 metros.
Se visitan en grupos de unas 200 personas en los que no te dan mucho tiempo para detenerte a mirar las estalactitas o estalagmitas que forman unas columnas impresionantes. Durante gran parte del recorrido hay empleados del lugar obligándote a continuar y a no detenerse.
La razón por la que se pasan apresurando a la gente para que avance, es porque en un punto hay una laguna bastante grande con un anfiteatro. Cada visitante debe sentarse y luego apagan todas las luces y aparecen unas barcas con un cuarteto de cuerdas interpretando música clásica. Luego paran la barca en una parte de la laguna, interpretan un par de piezas más, y se despiden tocando la Barcarola, de los Cuentos de Hoffmann, de Offenbach.
Un espectáculo bastante bonito, a media luz, las barcas iluminadas con faroles. Al terminar el concierto, quienes así lo deseen (yo, por supuesto) pueden esperar a que un bote los lleve al otro lado de la laguna. También se puede hacer a pie, pero no todos los días se navega a 25 metros bajo el suelo!
La zona en la que se encuentran las cavernas se llama Porto Cristo y en todo el camino abundan las tiendas de perlas Majorica. Al frente de la entrada de las cuevas del Drac hay una de esas tiendas y se puede ver parte del proceso de creación de estas perlas.
Las perlas Majorica son elaboradas en base a cristal mineral. Usan unas barras de este mineral y las funden a alta temperatura y le van dando la forma deseada dependiendo del diseño final de la joya. Una vez que está formado el corazón de la "perla", estos se bañan en nácar (según me dijeron es nácar natural) de distintos colores.
Al final de la exhibición hay por supuesto una tienda con todo tipo de joyas para que nadie salga con las manos vacías. También antes de salir hay una mujer "tejiendo" un collar de perlas a mano. Cada perla es anudada (una a una) en una cuerda de Nylon hasta formar el collar, que es hecho totalmente a mano.
En resumen, Mallorca es un destino que lo tiene prácticamente todo. Yo lo visité en octubre y el clima estaba buenísimo. Es un poco caro por el tipo de turistas al que está dirigido, pero vale la pena darse una vueltita por ahí!